Gracias al coaching, aprendí a generar impacto en mis propios términos
- Mariana Naszewski
- 6 jun
- 3 Min. de lectura
Por qué el coaching no es solo una herramienta: es una mentalidad para solopreneurs, líderes de equipo y agentes de cambio.

Cuando conocí el coaching, no estaba buscando ser coach. Estaba buscando claridad.
Después de años trabajando en recursos humanos y liderando equipos, sabía cómo acompañar a otros, navegar la complejidad y construir buenas relaciones de trabajo. Había liderado proyectos, acompañado managers, desarrollado estrategias. Pero el coaching me ofreció algo distinto: me enseñó a pausar, a escuchar más profundo, a pensar—no solo a resolver.
Y eso cambió todo.
El coaching me ayudó a liderarme primero a mí misma, aprendí a generar impacto en mis propios términos.
Antes que nada, el coaching me enseñó a liderar desde adentro, con intensión.
No se trató de convertirme en alguien diferente, sino de reconectar con quien era debajo de todos los roles y responsabilidades. El coaching me dio un espacio para pensar sin tener que actuar enseguida. Para hacerme mejores preguntas, no solo a los demás, sino a mí misma.
¿Qué quiero realmente? ¿Qué hay detrás de esta decisión? ¿Qué estoy evitando?
Estas no son preguntas que solemos hacernos en un día de trabajo normal. Pero son las que construyen autoconocimiento, claridad, confianza. Y eso es la base de cualquier forma de liderazgo, ya sea que lideres un equipo o tu propio camino.
En mi caso, el coaching me ayudó a rediseñar mi rumbo, aprendí a generar impacto en mis propios términos. Dejé atrás un rol corporativo tradicional para construir algo más alineado. Un proyecto con sentido, con ritmo humano. Una forma distinta de trabajar, que honrara tanto la estrategia como la conexión.
Eso no vino del esfuerzo constante. Vino de la introspección.
Cómo acompaño a otros hoy
Hoy, como coach, sostengo ese mismo tipo de espacio para otras personas, fundadores, ejecutivos, líderes de equipo, solopreneurs y profesionales en momentos de cambio o crecimiento. Muchas personas llegan con ganas de avanzar. Otras, sintiéndose trabadas. Algunas tienen muy claro lo que quieren, pero buscan hacerlo realidad con más intención y confianza.
Trabajo con personas en distintos países e industrias, desde startups hasta empresas consolidadas. Gracias a la naturaleza del coaching, puedo hacerlo desde cualquier lugar. Y me encanta que eso me permite acompañar en inglés y en español, según lo que cada persona necesite. Cada conversación es única, pero siempre está presente la dimensión humana.
El coaching conmigo no se trata de dar consejos ni resolver problemas. Es un espacio para descubrir. Para bajar el ruido mental y conectar con lo que está debajo. Para desenredar ideas, emociones y avanzar desde un lugar más genuino.
¿Buscás consejo? Llamame cuando tengo el sombrero de consultora en RRHH 😉 El coaching es otra conversación: una en la que tu voz es la que guía.
Uso herramientas como la reflexión, la visualización, el juego de roles, las metáforas, el trabajo con emociones. Cada sesión es distinta, porque cada persona es distinta. Pero siempre el foco está en acompañar, no dirigir.
El coaching como herramienta de liderazgo
El mundo corporativo genero el mito de que el coaching es solo para personas en altos cargos. Pero en realidad liderar no siempre significa tener un equipo.
De hecho, algunos de los líderes más potentes que he conocido no eran managers formales. Eran:
Fundadores liderando proyectos desde cero,
Expertos técnicos guiando equipos multifuncionales,
Compañeros de trabajo que inspiraban desde la empatía y la escucha,
Solopreneurs que aprendieron a ser su propio sostén (¡y a veces su propio coach!).
Lo que los hacía buenos líderes no era la autoridad. Era su presencia.
Cómo escuchaban, cómo preguntaban, cómo generaban confianza y crecimiento en otros.
Cómo sostenían el proceso, incluso cuando aparecía la incomodidad.
Las habilidades de coaching te ayudan a liderar con intención.
Pasás de dirigir a co-crear.
De reaccionar a responder.
De decir a explorar.
Y no solo sirven en lo laboral. Sirven con clientes, colegas, familia, pareja… con cualquiera que te importe.
El coaching no es magia, pero sí transforma
No te da fórmulas. No te garantiza resultados. Pero te regala una forma distinta de ver y estar, con vos mismX y con los demás.
Te invita a hacer una pausa para volver a escucharte. Y te entrena para poder escuchar más allá de lo obvio en las personas que te rodean.
Si nunca trabajaste con un coach, o si tenés curiosidad por lo que este tipo de espacio puede generar para vos o para tu equipo, me encantaría que conversemos. A veces todo empieza con una conversación distinta.
Y después de eso, se lidera distinto también.
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